Las
democracias liberales se han asentado en el principio de la
separación de poderes. Tal como teorizó el barón de Montesquieu
debe existir separación y equilibrio entre el poder legislativo, de
donde emanaban las leyes, el ejecutivo, quién debía ejecutarlas y
el judicial que debía realizar el control judicial de las
mismas.
En contraposición con el absolutismo, en el que todos
los poderes recaían sobre un monarca, en la futura democracia
representativa en el que la soberanía era del pueblo, los poderes
del Estado debían institucionalizarse de manera separada.
No
obstante estamos hablando del S.XVII y XVIII. No existían los medios
de comunicación tan potentes que existen ahora y, en fin, el mercado
de capitales comenzaba a hacer sus
primeras andanzas y a generar sus primeras burbujas con los bulbos de
tulipán en Holanda.
¿Pueden los medios de comunicación
en los Gobiernos? ¿En caso afirmativo hasta qué nivel? ¿Los
mercados dan señales a los Gobiernos de hacia donde deben ir sus
políticas? ¿Se han articulado como una suerte de camisa de fuerza
de la política?
El poder de los medios de comunicación ha
llegado hasta tal punto que ha habido derrocamiento de Gobiernos por
informaciones aparecidas. El caso más importante fue el 'Watergate'
que barrió a la Administración Nixon al haber éste espiado a sus
rivales y cuya información fue oportunamente filtrada y publicada en
el Washington Post. ¿O es que Felipe González hubiera obtenido los
resultados electorales que le hicieron perder la Moncloa sin la
publicación de los GAL en Diario16?
A destacar que el antaño
progresista y de izquierdas Grupo Prisa ha caído en manos de Bancos
y Fondos de inversión con la pérdida de independencia más que
clara y manifiesta. Los mercados también han entendido la importancia de los medios.
Otro poder, quizá el más importante, es
el de los mercados. Goldman Sachs tiene una facturación que supera
el PIB de varios países, no olviden que los antiguos 3 Secretarios
del Tesoro de los EEUU han trabajado en el Banco y Mario Draghi,
Gobernador del BCE también.
Si la prima de riesgo y la deuda
pública son dos elementos a tener tan en cuenta en la actualidad y
ello depende, en gran medida, de la fluctuación de no se sabe bien
qué, la confianza dicen, entonces estamos a una merced absoluta de
los mercados.
En la actualidad el poder de los mercados de
capitales es una camisa de fuerza de la política. ¿Se acuerdan del
referéndum que quiso hacer Papandreu en Grecia para que su pueblo
decidiera si se sometía a las recetas de la Troika? Fueron los
acreedores, bancos esencialmente, los que forzaron al Gobierno a
desistir de sus pretensiones.
Por ello estamos ante cinco
poderes en los que los clásicos, el legislativo, ejecutivo y
judicial están quedando sometidos e influenciados decisivamente por
los medios de comunicación y los mercados.
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