diumenge, 2 d’octubre del 2016

Asesinato en el Comité Federal


Algunos datos históricos sobre la crisis socialista:


1) Felipe González fue elegido Secretario General del PSOE en el famoso Congreso de Suresnes de 1974. Prometió y prometió hasta que lo logró y una vez logrado me olvido de lo prometido (por ejemplo el derecho a la autodeterminación de los pueblos). Desplazando al dirigente histórico Rodolfo Llopis lograron Felipe y Alfonso, Alfonso y Felipe hacerse con el control del histórico partido.


2) Joaquín Almunia (representante del aparato del partido) y Josep Borrell (representante de las bases) se batieron a unas primarias que ganó el segundo por un 55 % de los votos en 1998. Tras compartir durante unos meses la bicefalia del partido, el primero como Secretario General y el segundo como candidato a la Presidencia del Gobierno, aparecieron unas informaciones sobre Josep Borrel que le obligaron a dimitir. ¿Casualidad?


3) Cuando Rubalcaba, hombre de aparato por antonomasia, ocupando cargos públicos ya con Felipe González, se decidió por unas primarias tuvo como contrincante a Carme Chacón. ¿Ustedes imaginan que hubiera votado la militancia en detrimento de los delegados de toda la vida?


Me gustaría poner de relieve éstos tres momentos históricos para reflexionar sobre el hecho de que el PSOE tiene un problema de primer orden en lo que respecta a la relación entre el aparato del partido y la militancia. No se trata tanto de nombres como de crisis de legitimidad de una determinada forma de ejercer la política de partido.


Es un momento histórico de calado pues el desgarro producido no tiene vuelta atrás y si los socialistas han creído que cuando Susana Díaz suba a la Secretaria General va a cambiar todo les diré algo que leí hace unos días por aquí:


'Susana Díaz es como la cerveza Cruzcampo, gusta a algunos andaluces pero en el resto de España no la tragan'

Viva la pizza que la parió.

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