dimarts, 10 de maig del 2016

Habemus alianza electoral


Salvo una más que improbable negativa de las bases de ambos partidos, ayer se produjo la confirmación de que Izquierda Unida (IU) y Podemos concurrirán conjuntamente a la elecciones del 26 de junio.

Votos y escaños.
Tras el infructuoso intento de las dos formaciones de acudir conjuntamente a la cita electoral del 20 de diciembre la realidad se impuso con toda su crudeza a la luz de los resultados. IU había obtenido casi 1 millón de votos y sus escaños eran 2. Podemos y sus candidaturas territoriales casi 5 millones y obtenían 69 escaños. Ambos saben perfectamente que el actual sistema electoral, en el que la circunscripción es la provincia y en el que la fórmula electoral para asignar escaños es el sistema de la Ley de Hondt , es perjudicial para ellos en tanto en cuanto su voto es eminentemente urbano, salvo honrosas excepciones. Las matemáticas no aman pero tampoco fallan.

Izquierda.
En los últimos años hemos asistido a una preocupante pérdida de clase de lo que antaño, se creía, era la izquierda española. Cuesta encontrar clase obrera y, sobretodo, cuesta encontrar socialismo en las políticas desarrolladas por la izquierda española en los últimos años. Incluso el afable ZP dijo aquello de que bajar de impuestos también era de izquierdas y se marcó un homenaje a los ajustes estructurales en mayo de 2010 en la célebre bajada de pantalones española a las exigencias de la Troika. El neoliberalismo tiene el realato claro y la socialdemocracia ha ido tras él sin acuñar un relato alternativo. En éste contexto la oportunidad del acuerdo electoral es mayor. Quién quiera votar a una opción de izquierdas que vele por la clase obrera, la justicia social, una mayor equidad y un sistema fiscal más redistributivo sabe a qué atenerse. Agosto de 2011 y la reforma de ésta vez sí reformable Constitución pusieron la puntilla a que definitivamente el PSOE perdiera su “S” y su “O” y pasara a ser un Partido Español que defendía, en lo esencial, el estado de cosas actual cambiando ligeramente el discurso. Los discursos suenan bien pero luego acudes al Boletín Oficial del Estado y puedes comprobar que en las políticas esenciales operan como el PP.

Historia.
Algunos han pretendido rápidamente identificar éste acuerdo como si fuera un repetición calcada del Frente Popular que se presentó a las elecciones de febrero de 1936, las ganó y posteriormente se produjo el levantamiento militar y el Golpe de Estado contra el Gobierno democráticamente escogido. El simplismo y el desprecio por la historia que existe en éste país es abrumador. En ese pacto electoral estaba el PSOE y también Esquerra Republicana de Catalunya por lo que al margen de similitudes no dejemos que vuelvan a ejercer ese desprecio intelectual por el rigor histórico como se vislumbraba en las primeras reacciones de ayer. No permitamos que vuelvan con esas monsergas de “o nosotros o el caos”. PPSOE se han repartido el poder de una forma cuasi despótica en los últimos 34 años y han acumulado una lista interminable de casos de corrupción creando un sistema clientelar y un capitalismo de amiguetes al que hay que combatir contundentemente.
También hay que citar las reticencias que generaba éste pacto tras el fracaso estrepitoso del acuerdo PSOE-IU en las elecciones que el PP ganó por mayoría absoluta en 2000.

Histeria.
El acuerdo entre Podemos e IU está comenzando a poner muy nervioso al establishment. Ven como la criatura que crearon para desgastar al PSOE se les ha ido de las manos y ahora se les pone contestona pactando con un partido que es votado pero que no obtiene la representatividad que merece (IU). Cuidado que ahora pueden sacar más escaños que el PSOE y la cosa se pone seria. Por ello no es de extrañar que la maquinaria mediática de relaciones públicas serviles ha comenzado a operar y va a sacar todas sus armas.

Hay que agarrarse porque ahora las cartas sí que están marcadas y ya sabemos de qué pié cojea cada partido. Quizá nos encontremos ante uno de los momentos histórica y políticamente más importantes desde la Constitución del 1978. Una nueva Transición hacia no se sabe muy bien dónde.

Que no debamos lamentar en un futuro aquella frase premonitoria de Ortega y Gasset en su célebre obra 'La España invertebrada' que rezaba “
Castilla ha hecho a España y Castilla la ha deshecho”

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