dilluns, 14 de setembre del 2015

Estado, nación e independencia (I)

Muchos son los artículos u opiniones que se han vertido sobre el proceso soberanista, secesionista y/o independentista que se está viviendo en Cataluña en éstos últimos años.

¿Cuales son los puntos claves que se dirimen? ¿Qué aspectos son los más destacados del debate?

Movilización ciudadana. Una parte importante de la sociedad catalana se está movilizando masivamente año tras año, sobretodo desde el 2012. Las diadas de éstos últimos años han superado al millón de personas movilizadas y ello, al margen de cifras, es un hito sin precedentes en las movilizaciones no ya en España sino en Europa y el mundo. Es un hecho que no se está teniendo mucho en cuenta en el Gobierno de España y en muchas capas de la sociedad española puesto que se entiende, por parte de los que más ruido hacen, que los que acuden a tales convocatorias son personas “adoctrinadas”, al servicio del órdago de Artur Mas y, en definitiva, una suerte de personas alienadas y sin ningún tipo de criterio ni pensamiento propio que ponen sus reivindicaciones al servicio de una causa manipulada. Flaco favor han hecho los medios de comunicación masivos españoles y ahora, presumiblemente, puede ser tarde para actuar. La opinión basada en el desconocimiento puede ser demasiado contraproducente.

Conviene también mostrarse crítico con los medios de comunicación públicos catalanes por haber dado una cobertura demasiado desproporcionada a todo lo relacionado con el el proceso, puesto que como bien se han encargado de citar los partidos opositores y muchos ciudadanos, son unos medios pagados entre todos y por ello deberían ser más plurales.

Europa. Uno de los argumentos principales que se utiliza por parte de aquellos contrarios a la independencia es que una Cataluña independiente quedaría automáticamente fuera de la UE y debería solicitar la adhesión con la unanimidad de todos los Estados Miembros (y cual guiño se encargan de citar que España es uno de ellos y que jamás reconocerá Cataluña.
Podemos identificar 3 corrientes doctrinales al respecto; I) Los que creen que efectivamente Cataluña quedaría fuera y debería solicitar la adhesión con la unanimidad de todos los EM de la UE, II) Los que creen que, por no quedar regulado dicho supuesto en los Tratados, se arbitraría una solución 'ad hoc' y por bien que Cataluña saldría automáticamente de la UE al independizarse no debería contar con la unanimidad de todos lo Estados y III) Los que creen que Cataluña al independizarse jamás saldría de la UE por ya pertenecer a ella y no haber una regulación en los Tratados de qué pasaría en éste supuesto.

Es aventurado y presuntuoso posicionarse categórica y absolutamente en uno de los grupos aunque conviene recordar el mecanismo 'ad hoc' que la UE arbitró para la admisión de Alemania como país reunificado. Era un supuesto no regulado (el que la UE puediera ampliarse internamente) por lo que en aras al pragmatismo, a la lógica y al sentido común no se aplicaron, estricta y literalmente, los artículos relativos a una nueva adhesión de “cualquier Estado europeo” (art. 49 TUE). Y también conviene recordar que la Constitución española establece (art. 11.2) que no se privará a ningún español de origen de su nacionalidad. ¿Se imaginan que los ciudadanos catalanes pertenecieran a la UE y su Estado no?

Además el dramatismo con éste asunto es desmesurado. La UE se está demostrando una trampa para los países con una gran deuda nominada en euros y cuya moneda corriente sea el euro por una cuestión de no disponer de uno de los mayores instrumentos de soberanía; la política monetaria. Cataluña debería plantearse seriamente si quiere seguir perteneciendo a la UE y no sería más aconsejable quizá solicitar la adhesión a la European Free Trade Association (EFTA) y llegar a acuerdos puntuales con la UE (por ejemplo en materia de competencia judicial internacional, leyes aplicables en conflictos tranfronterizos, asuntos de familia, etc.).

En próximos artículos se hablará de cuestiones como la relación de la actual Cataluña con la Alemania nazi o la Italia fascista de los años 30 que frívolamente algunos se han encargado de citar, los escaños y los votos que se van a tener que contar el 27-S o la potencial modificación constitucional que están ofreciendo, ahora sí, PPSOE.

Hay que agarrarse que vienen curvas.

Continuará...

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada