dilluns, 31 de març del 2014

CiU, PSC y modelo de país


Una cosa son los discursos y otra las políticas. De lo que se dice a lo que se hace. De hecho hay algo tan mágico en política que a uno hay veces que le cuesta un mundo imaginar ciertas parejas de baile en ciertos contextos políticos. Pero taparse las vergüenzas en la sanidad catalana vetando todo aquello que tenía cierta sustancia en la comisión de investigación que debiera investigar el desaguisado que con tanto acierto han denunciado en cafeambllet.com bien valía un revolcón parlamentario.

No debe sorprender. A algunos no nos sorprende. Más cuando fue el PSC el que terminó buscando otras parejas de baile en 2003 e hizo el ya célebre tripartito con ERC e ICV-EUiA. No hay que olvidar que la 'sociovergencia' estuvo más cerca que nunca en esos tiempos y cálculos maquiavélicos por ambas partes lo impidió. Y conviene no olvidarlo. Tampoco conviene olvidar que, en esencia, las cúpulas de ambos partidos han estudiado en parecidas instituciones educativas, han sido compañeros de pupitre, tal como me recordaba un Catedrático de mi Facultad.

Así las cosas el proyecto Barcelona World aterrizó en Cataluña parece que para quedarse. No sin antes hacer una bajada de pantalones tributaria, patrocinada por CiU y PSC, por parte de todos los contribuyentes que permita una jugosa rebaja en el tipo impositivo del impuesto del juego pasando del 55% actual al 10% demandado. Y de manera sonrojante ayer se hizo público el pacto con unas declaraciones grandilocuentes tanto de Artur Mas como de Pere Navarro.

Para más inri a lo que indignación ciudadana respecta la principal institución financiera de Catalunya, La Caixa, espera unas plusvalías en la operación de venta de los terrenos que ocupará Barcelona World de 241 millones de euros. Yo no creo en las casualidades y tanto interés tenía el Sr. Bañuelos (principal promotor de BCN World) como el Sr. Fainé, en que hubiera un pacto en aras a la disminución del caballo de batalla del proyecto; el tipo impositivo del impuesto del juego a los casinos.

¿Que modelo de país es el que queremos? No dejo de oír grandes discursos, más en los tiempos actuales, de que Catalunya debe ser un país rico en educación, un país que cultive la investigación, una economía basada en el conocimiento, que genere valor añadido en aquello que, a largo plazo, es beneficioso para el país partiendo siempre de una cultura emprendedora. ¡Que emprendedor es que exijas una bajada del 45% en un impuesto para invertir! Y encima deberemos besar los pies a los promotores porque crean puestos de trabajo. Yo me pregunto, ¿a que precio? ¿coyunturales o estructurales? ¿En que proporción?
En cambio el modelo de país al que nos abocamos es al de ser un territorio vendido al turismo, no al de calidad, sino al de borrachera, de jugarte unos euros en el casino y luego ir a Salou a dejar la ciudad sin alcohol, no vaya a ser que se termine esa noche. Ese es el modelo de país que se está incentivando y fomentando, nada más y nada menos que por dos partidos políticos claramente a la baja como son CiU y PSC.

¿Nos vamos a creer, por enésima vez, que estos señores del pelotazo vienen a beneficiar al interés general? ¿Queremos ser un país que exporte conocimiento o que sea receptor de un turismo de segunda? ¿La Gran Recesión económica debe justificar una bajada de pantalones tributaria tan descarada? ¿Donde quedan los principios tributarios más elementales si se hace una regulación 'ad hoc'?
Si esperamos a mañana a responder éstas pertinentes preguntas quizá pueda ser demasiado tarde y es el futuro del modelo de país el que nos estamos jugando con éste tipo de proyectos.

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